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Agradecí  infinitamente,  guardándome       dije. Y puse manos a la obra.
                       las fotografías.                           Miré  y  remiré  las  fotografías,  una  por
                       —dígame  usted,  señor  Comisario,  ¿no    una, haciendo de ellas un estudio com-
                       podría recordar alguna seña particular     pleto. Las acercaba a mis ojos; las sepa-
                       del  difunto,  algún  dato  que  pudiera   raba,  alargando  la  mano;  procuraba
                       revelar algo?                              descubrir sus misterios.
                       —Una  seña  particular...  un  dato...  No,   Hasta que al fin, tanto tenerlas ante mí,
                       no.  Pues,  era  un  hombre  completa-     llegué a aprenderme de memoria el más
                       mente  vulgar.  Así  más  o  menos  de  mi   escondido rasgo.
                       estatura  el    —Comisario  era  un  poco   ¡Esa  protuberancia  fuera  de  la  frente;
                       alto—; grueso y de carnes flojas. Pero      esa larga y extraña nariz que se parece
                       una seña particular... no... al menos que   tanto a un tapón de cristal que cubre la
                       yo recuerde.                               poma de agua de mi fonda; esos bigotes
                       Como  el  señor  Comisario  no  sabía      largos y caídos; esa barbilla en punta;
                       decirme  más,  salí,  agradeciéndole  de   ese cabello lacio y alborotado!
                       nuevo.                                     Cogí un papel, tracé las líneas que com-
                       Me  dirigí  presuroso  a  mi  casa;  me    ponen  la  cara  del  difunto  Ramírez.
                       encerré en el estudio; encendí mi pipa y   Luego, cuando el dibujo estuvo conclui-
                       saqué  las  fotografías,  que  con  aquel   do,  noté  que  faltaba  algo;  que  lo  que
                       dato del periódico eran preciosos docu-    tenía ante mis ojos no era él; que se me
                       mentos.                                    había ido un detalle complementario e
                       Estaba  seguro  de  no  poder  conseguir   indispensable...  ¡Ya! Tomé  de  nuevo  la
                       otros y mi resolución fue trabajar con lo   pluma y completé el busto, un magnífi-
                       que la fortuna había puesto a mi alca-     co busto que a ser de yeso figuraría sin
                       nce.                                       desentono  en  alguna  Academia.  Busto
                                 Detrás
                       Lo  primero  es  estudiar  al  hombre,  me   cuyo pecho tiene algo de mujer.










                                                  del papel













        11-20                                                                                      CU



        NOVIEMBRE                                                                                  BA




         Centro de Convenciones                                                                    INVITADO
                                                                                                   DE HONOR
         Bicentenario

         Entrada libre
         www.filquito.com

            FERIA DEL LIBRO DE QUITO /        @FILQuito
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