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A LIBRO ABIERTO
existencialista. Sin embargo, bien se puede decir que hay un Pero él no había olvidado que son las plagas las que
Camus posterior, tal vez uno más maduro en La Peste. Allí se revelan a los espíritus, “aunque los hombres fueran
puede advertir un Camus menos existencialista (quizá un Camus siempre los mismos”.
no existencialista), más sabedor del mundo y de la naturaleza Por eso, en las plagas, en las pestes, siempre debe existir
humana, consciente de la existencia del bien y el mal en el alguien que, como Rieux, no se calle, porque alguien debe
mundo. La solidaridad humana tal vez quiera decir que hay más testimoniar por aquellos a quienes han caído las plagas y esto
de bondadoso que de reprochable en los hombres. siempre tendrá sentido, porque aunque Sísifo o el doctor Rieux
Es en medio de la peste que se descubrirían a sí no hicieran sino cumplir con una tarea, ella era importante
mismos los hombres y las mujeres de Orán. Allí donde porque la piedra volvería a caer o porque pudiera ser que las
las pérdidas serían muchas, los anhelos vastos, las plagas vuelvan y nos sorprendan en medio de las alegrías
esperanzas escasas —otras veces inconmensurables—, y los festejos. Porque el deber se revela en s í
la desidia sería mucha y también el amor. La peste mismo, en esa lucha, no en las celebraciones
había revelado tantas cosas. Quizá por eso debía existir de la ciudad sin la peste, sino en la conciencia
necesariamente alguien que pudiera testimoniar por los de que ella “espera pacientemente en las
apestados, para decir lo que vivieron, para contarnos del alcobas, en las bodegas, en las maletas,
bacilo de la peste en medio del absurdo. los pañuelos y los papeles, y
Decía Camus: “Acaso era más duro pensar en un hombre que puede llegar un día
culpable que en un hombre muerto”. Es decir que no hay en que la peste, para
ser humano de quien no pueda creerse con alguna clase de desgracia y enseñanza de
deber, consigo y con el mundo. Si un hombre culpable es más los hombres, despierte a las
difícil de afrontar que un hombre muerto, entonces hay más ratas y las mande a morir
dolor en la decepción que en la pérdida. en una ciudad
El doctor Rieux había vivido y había sobrevivido a la dichosa”.
peste y, sin embargo, había perdido a sus amigos y a su
amada. Todos, “muertos o culpables, estaban olvidados”.