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A LIBRO ABIERTO
¿Por qué comprar este libro y no otro, si no has terminado de en ventas depende de una culpa monumental: ¡la de la vaca!
leer el último que yace frío y acumulado junto a los demás, en ¿Sabían, en efecto, que el libro más vendido en el Ecuador es
tu dormitorio o en la biblioteca? La conciencia nos interpela y culpa de una vaca? Resulta irrisorio, pero es la realidad.
la tentación nos invita a rendirnos, aun a sabiendas de recibir
una reprimenda de doña Dulcinea. La búsqueda continúa
Y los libros siguen aumentando en casa, unos leídos
¡Qué maravilla! totalmente, otros a medio leer y la mayoría pocas páginas.
Y claro: la tarjeta de crédito en la billetera se ‘calienta’, El encanto, de todos modos, subsiste. No todos los libros
mientras la mente y el corazón se emocionan al leer el pueden leerse de un tirón, ¿verdad? Bueno: es una excusa
prólogo, el epílogo y la tabla de contenidos… de un ‘best para explicar lo inexplicable. Lo importante es la construcción
seller’. ¡Qué maravilla! Este encuentro con la palabra es paulatina del paisaje de una biblioteca personal que no se
indescifrable, indescriptible porque se unen visiones del autor compara con nada: el desorden ordenado es una mezcla
que se confunden con las del lector; se enlazan protagonistas de virtud, vicio, hábito, tendencia, obscenidad, instinto o
y recuerdos de otras novelas o textos que revolotean la suerte del hábito de acumular libros por vocación natural, no
existencia, mientras el sabor a café trastoca nuestros sentidos. aprendida o desaprendida.
Pero, ¿qué busca el lector? Un buen lector busca referentes Hasta que llega la ocasión, el momento crucial en la
más que utilidades. Se salvan o se condenan, desde luego, los vida de un lector empedernido: Dulcinea –nombre simbólico
libros de autoayuda, que sirven para hacer felices –a los clientes de mi esposa–, al ver la cotidianeidad acumulada de tanta
más que a los lectores– en 10 reglas rigurosas, y cuyo éxito inteligencia, en libros por aquí y allá, en un alarde de
originalidad y astucia, coloca sobre la mesa del comedor tres
No todos los libros pueden leerse de un ‘platos’ inspiradores: la entrada, un libro de cuentos breve; el
tirón, ¿verdad? Bueno: es una excusa plato fuerte, una novela como ‘La Rayuela’; y de salida, una
oración cantada: ‘Dulce, Jesús mío’, no apta para diabéticos.
para explicar lo inexplicable. Y se cumple así la metáfora más hermosa de la historia:
‘No solo de pan vive el hombre’.