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A LIBRO ABIERTO

De amores, libros

y lecturas

Por Francisco Delgado Santos
Al igual que en el caso del amor –y
l igual de lo que muchas veces sucede en el amor,
un libro puede presentársenos lujosamente impreso como ya nos lo advirtiera el maestro
y bellamente empastado, de tal suerte que induzca al Borges– ,la lectura se nos presenta como
Apotencial lector a que lo adquiera y lo lleve a su hogar. una forma concreta de la felicidad.
Pero una vez empezada su lectura, puede revelársele como
superficial en su contenido, dogmático en sus propuestas,
aburrido en su temática, agresivo en sus expresiones, arcaico sido: su conversación es vulgar y perogrullesca y, después de
en su adjetivación, descolorido en sus imágenes, afectado en muchas jornadas, no nos dejan nada que valga la pena.
su estilo... Otras, en cambio, se nos van revelando de a poco. Nos
Al igual de lo que ciertas veces acontece con el amor, hay exigen que volvamos sobre ellas: lenta, paciente, esforzada,
lecturas que se nos ofrecen sin dificultad y que, al declararles sabia, morosamente. Pero al final, cuando se nos brindan
nuestros sentimientos, se nos entregan sin que tengamos que sin reservas, la recompensa es increíblemente rica: todo un
esforzarnos por vencer sus resistencias y pudores. Pero al mundo de dimensiones ocultas, de significados infinitos que
empezar a tratarlas nos dejan ver cuán chatas y llanas han golpean nuestra sensibilidad, ensanchan nuestra visión del

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