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¿Qué motivó su acercamiento con la lectura?
Tuve la suerte de tener un acercamiento muy lúdico
a la literatura. Mi madre fue licenciada en pedagogía
con especialidad en literatura y mi padre, un actor
absolutamente nato, amante de la literatura universal,
clásica, etc. No crecí solo con libros sino que viví la
literatura. Recuerdo que estaba el fuego de la chimenea
prendida y cerca de allí nos sentábamos los cinco
hermanos. Mi mamá, en vez de leernos cuentos de
Hans Christian Andersen, nos leía La Ilíada, La Odisea y para ello (risas). Ruda porque ha habido poesía que no
fragmentos de El Quijote. También nos leía a escritores
españoles como Lorca, uno de los favoritos de mi padre.
Pero lo interesante era que mi mamá leía los textos y
mi papá los interpretaba escénicamente, entonces a
mí la literatura no solo me entró por los ojos sino por
la epidermis, por todos los sentidos, y despertó en mí
el amor y la pasión por este mundo de la fantasía y la
palabra.
¿Recuerda algún libro, personaje literario o
autor que haya influido de algún modo especial
en su vida?
Claro que sí. Recuerdo algún momento, tal vez varios
momentos… Cuando yo era niña, había un libro de Juana
Ibarbourou, Chico Carlo, que tenía que ver con un niño
que está recostado y ve una mancha de humedad en el
techo. De pronto, tenía como deber del colegio leer ese
libro y cuando levanto mi cabeza veo una mancha de
humedad en el techo de mi cuarto. Comencé a tener esa
relación con la posibilidad de que algo tan elemental,
tan prosaico, podía conectarme con la fantasía y con
esa posibilidad de crear, imaginar y soñar. También
recuerdo mucho que leíamos algunos cuentos de Las mil
y una noches y me vuelve esa sensación increíblemente
fantástica de poder transportarme a otras latitudes, a
otros mundos. Siento que leer ese tipo de literatura
a mí me impulsó al deseo de viajar, de estar en otros
lugares. Casi siempre cuando viajo a otro país, procuro
tener un libro que me acompañe y que tenga que ver
con ese lugar.
El personaje
¿Qué géneros son sus favoritos? ¿Algún título en
especial?
Me encanta leer cuentos, también gusto de la novela
y los ensayos; me conecto bastante bien, lo disfruto,
aunque a veces el tiempo es corto y tengo que
enfocarme en las lecturas que mi cotidianidad requiere.
Me gusta también la poesía, pero soy un poco más ruda
me ha gustado o que no ha logrado conectarme y, al
tener esa sensación, a ratos he dicho: “No, la poesía no
es para mí”. Pero hay poetas fantásticos y maravillosos a
los que uno vuelve. Creo que tengo un pequeño trauma
poético porque mi mamá es poeta, entonces pasaba
que mi mamá, convenga o no convenga, en medio de
una reunión, se paraba a declamar sus poemas y a mí
me daba un poco de vergüenza ajena sobre todo por el
modo de declamarla. Pero a mí me gusta la poesía de
mi mamá (risas). Algunas veces que me han invitado a
leer poesía, les he dicho que voy a leerla bien simple,
que no voy a declamar. Esa parte de la poesía creo que
me traumó un poco.
“ El teatro es una forma
de vivenciar la literatura,
de sentirla, de escucharla, de
verla… Todo eso brinda una relación
diferente con la literatura, de una
manera tridimensional “