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¿Qué implica tener un Plan Nacional de Lectura
por primera vez en el país?
Queremos ir más allá del libro clásico. Estamos pensando
en diversos tipos de formato; por ejemplo, libros en braille
o audiolibros y queremos convertir a las redes sociales
en aliadas del proceso de lectura. Vale imaginarse que
por Facebook lleguen novelas narradas en voz alta con
imágenes hermosas o que haya youtubers y booktubers
que incentiven a conocer nuevos autores y relean a los
clásicos. O ver a voluntarios leyendo en plazas, en buses,
hospitales, cárceles u otros jóvenes que sean mediadores
de lectura en las bibliotecas. Y que las bibliotecas no
solo sean reductos donde se almacenan libros sino que
se conviertan en verdaderos espacios de encuentro de
la comunidad, a donde vayan los cuentacuentos y los
padres puedan llevar allí a sus hijos para que escuchen
hermosas historias y que se realicen cine foros, así
como talleres de escritura. Estos y otros aspectos están
considerados dentro del Plan Nacional de Lectura que se
está elaborando.
Ecuador ha tenido prácticamente el nivel más bajo
de lectura en la región. ¿Cómo cree que este Plan
de Lectura podría cambiar esta realidad?
Pretendemos un cambio dramático de esta situación.
El Ecuador tiene los niveles de lectura que tiene porque
es el único país de la región que no dispone de un Plan
Nacional de Lectura. Por otro lado, hay una investigación
del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) que
dice que existe una cantidad muy grande de personas que
leen en el país, porque toman en cuenta a estudiantes de
primaria, secundaria y universidad que tienen que leer por
obligación. Lo hacen por obligación, pero lo importante es
hacer atractivo al libro, que seduzca al futuro consumidor
de literatura desde los más diversos formatos.
En el Plan, también contemplamos que los escritores
vayan a visitar colegios y barrios, que se haga un tour
nacional por las regiones del país para que se los conozca,
que hablen de sus libros y ofrezcan talleres de lectura o
de escritura para que seduzcan a los lectores incipientes.
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¿Qué considera que es lo más satisfactorio de su El autor en su tinta
actividad actualmente?
Como el actual encargado del Plan Nacional de Lectura,
siento una enorme ilusión por todo lo que está por
suceder. Será un proyecto prioritario y emblemático si
es empujado desde las diversas instancias ministeriales,
pero también desde universidades y colegios públicos
y privados, así como desde las bibliotecas (en especial
desde las nuevas), y sobre todo si los ciudadanos logran
tener conciencia de que son ellos quienes deben ser los
verdaderos ejecutores y propagadores de la lectura desde
sus casas y grupos sociales.
Como escritor, la satisfacción ha sido la retroalimentación
que he tenido por parte de lectores que me comentan
qué les pareció un libro u otro, cómo disfrutan de ciertas
historias o poemas. A través de las editoriales que editan
mis libros, visito escuelas y colegios con frecuencia y me
encanta ver la emoción que sienten los chicos al recibir al
autor del libro que acaban de leer.
¿Se encuentra trabajando en alguna obra?
Estoy trabajando en varias obras al mismo tiempo. Estoy
dándole los últimos toques a un libro que se llama La
sombra como camino que gira en torno a la obra de Carl
Gustav Jung y habla de cómo “la sombra” actúa sobre los
seres humanos y cómo estos se confunden al creer que
el problema está afuera y no adentro, cuando en realidad
son construcciones psicológicas y emocionales de ellos
mismos. El otro libro se llama Un bosque de símbolos que
es sobre los mitos, símbolos y arquetipos en las distintas
culturas y tradiciones tanto esotéricas como religiosas;
es una obra que ha sido fruto de años de investigación.
También trabajo en un par de libros de microcuentos:
Textículos y Cuentos para jugar al cíclope.
¿Qué mensaje daría a nuestros lectores sobre el
libro y la lectura?
Que no existe una puerta más grande, una aventura más
excitante, una dimensión más polivalente que cuando
uno abre un libro. No existe un sustituto para la lectura.
Las versiones en video o en película de obras literarias
generalmente se quedan cortas con respecto de la
enorme riqueza que tienen las novelas en las que estas
fueron basadas. Una persona que abre un libro conoce
universos que no podría alcanzar de otro modo. Eso
lo hace un aventurero de la vida, un conocedor de las
magnitudes de la existencia y un verdadero explorador
del mundo.