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“Solo mediante el disfrute
se forman lectores insaciables,
deseosos de leer más y sobre
todo de leer mejor

“Esto último basta para concluir que nuestro país

necesita con urgencia estrategias para motivar la lectura.
No para obligar a que se consuman libros ni para que
simplemente se lea una mayor cantidad de obras en
el año, sino para que la lectura sea esa búsqueda de
felicidad personal y goce íntimo, como definía el escritor
argentino Jorge Luis Borges.

La lectura ejercita el cerebro, previene la pérdida
de memoria, refuerza las conexiones neuronales y
crea nuevos patrones de pensamiento. Mejora la
concentración, calma la mente y aumenta la inteligencia
creativa. La lectura le ayuda a entender al ser humano
quién es, su historia y el mundo en el que vive. Según
el poeta alemán Friedrich Hölderlin, únicamente donde
haya palabra habrá mundo.

En una ponencia presentada en Chile en 2014, la
pedagoga e investigadora ecuatoriana Rosa María
Torres sostenía que: “Trágicamente, el sistema escolar
se especializa en desarrollar lectores obligados, malos
lectores”. En la presentación argumenta que solo
mediante el disfrute se forman lectores insaciables,
deseosos de leer más y sobre todo de leer mejor; dice
que quien ama la lectura contará con un divertimento y
un compañero de aprendizaje para toda la vida. Citando
a Victor Nell y su libro Perdidos en un libro: La psicología
de leer por placer, la especialista en educación concluye
también que la literatura y la ficción son los mejores
activadores de la pasión lectora.

En esta carencia que tiene Ecuador, hay una estrategia
que puede ser clave: los planes lectores. Estos proyectos
tienen el objetivo de mejorar la competencia lectora
y el desarrollo del hábito lector. Normalmente se
implementan en centros educativos, pero pueden
realizarse en cualquier espacio e incluso a nivel país
y se diseñan de acuerdo a las necesidades de cada
comunidad.

“El gran propósito de un plan lector es generar
un apasionamiento hacia la lectura, restándole la
obligatoriedad académica”, explica Jaime Peña, editor de
literatura de la Editorial Edinun, y agrega: “La propuesta
es que la lectura se transforme en placer, no en una
tarea sujeta a calificación. Para ello, los materiales que
se ofrecen deben ser adecuados a los intereses de
cada edad y deben tener además una excelente calidad
gráfica y literaria”.

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