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“ Tu voz es uno de
los primeros libros de tus hijos,
la conocen y aman y por eso
es el instrumento ideal para que
les transmitas tu gusto
“por la lectura
Rincón, Claudia, et al. Fundalectura, 2016.
Convertirse en modelo de buenos lectores
El escritor Luis Landero afirmaba que la pasión por la
lectura no se enseña, se contagia. Difícilmente alguien que
no disfruta de la lectura puede motivar o guiar a otros en
este camino; el ejemplo es un gran maestro. Es importante
que los adultos en el entorno familiar dediquen unos pocos
minutos diarios a la lectura y descubran el tipo de textos que
más les atraen. Pueden recurrir a algunas estrategias:
1. Destinar un horario específico para la lectura; por
ejemplo, 15 minutos antes de dormir. Esta práctica
puede ser individual o en familia, lo importante es que
sea un espacio de disfrute y que no se sienta como
una obligación más. Muchos padres dejan de leer para
sus hijos cuando estos crecen y pueden leer por sí
mismos; sin embargo, se recomienda continuar con
la lectura compartida para que se la relacione con un
momento de afecto familiar.
2. Buscar asesoría de lectores formados que puedan
recomendar lecturas de interés. Visitar librerías, bibliotecas
o ferias del libro para descubrir sus gustos personales.
3. Tener siempre material de lectura a mano y utilizarlo
mientras se espera algo, por ejemplo, en la cola del banco,
en el bus, en la sala de espera del médico, etc. Dentro
de un Plan Nacional de Lectura, se debería considerar la
disponibilidad de libros en espacios públicos para reforzar
esta práctica entre la población adulta.
4. Conversar con la familia sobre los libros que se está
leyendo o sobre alguno que se quisiera leer. También
es importante que se hable sobre libros con los amigos,
vecinos o colegas; de esta manera se da un valor
social a la lectura. La formación de clubes de lectura
para padres de familia (en la escuela, en librerías y
bibliotecas) es una estrategia que puede fomentar
este tipo de socialización.
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Ofrecer un ambiente favorable para la lectura A libro abierto
Los padres y familiares cercanos son los responsables de
crear ambientes favorables para la lectura en torno al niño,
especialmente durante sus primeros años. Para lograrlo, se
recomienda:
1. Crear una biblioteca familiar con libros apropiados
para la edad y los intereses de cada miembro de la
familia (la escuela podría proveer de una lista de libros
recomendados para cada edad). La biblioteca familiar
puede ser tan sencilla como un estante con libros
rodeado de cojines; un espacio que invite a la lectura
y con buena iluminación. En algunos países, el Estado,
a través de programas de salud, distribuye libros
infantiles para que los padres inicien su biblioteca
familiar y practiquen la lectura como parte de los
cuidados del bebé.
2. Visitar bibliotecas, librerías y ferias del libro. En estos
espacios generalmente se ofrecen diversas actividades
apropiadas para la familia. Es fundamental que los
niños y jóvenes perciban estos ambientes como
lugares de recreación y no solamente de estudio.
3. Regalar libros. Hacer del libro un objeto valioso,
demostrar que puede ser un premio o un regalo en
una ocasión especial.
La literatura, más allá de los libros
Para introducir a los niños en el mundo de la literatura, no
hace falta esperar que hayan aprendido a leer o tener una
gran biblioteca. La primera aproximación que tienen los
pequeños hacia el arte literario es a través de canciones,
adivinanzas o juegos de palabras.
Se debe crear conciencia sobre el valor de la tradición oral
para formar lectores literarios. Toda familia está en capacidad
de ofrecer a los niños y jóvenes un entorno rico en canciones,
coplas, cuentos tradicionales, trabalenguas, refranes y dichos,
juegos de palabras, leyendas y chistes.
También es necesario informar a los padres sobre diversas
formas de acceder a la literatura a través de otras artes. El
teatro, los títeres, el radioteatro y el cine son alternativas que
la familia puede utilizar como medios de fomento a la lectura.
Para involucrar efectivamente a los padres en un plan
de lectura se los debe mantener informados sobre las
posibilidades y recursos de los que se dispone para apoyar,
desde casa, la pasión por leer.
Bibliografía
1 Mata Anaya, Juan. “Familia y lectura. Algunas evidencias científicas”,
Leer a los hijos, con los hijos, ante los hijos. Junta de Andalucía, https://
goo.gl/ftZtc5.