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giosos. Es una colección sencilla y que un librero: la literatura cristiana diendo del volumen y el valor de la
clara”, manifiesta Katty Estévez del es un ministerio”. factura”. Según la apreciación del
Centro Bíblico Verbo Divino. Padre Fernández los ecuatorianos
Los costos para la edición tienen una frecuencia muy baja de
En nuestro país existen e importación de los libros son los lectura: leen de 10 a 5 veces me-
más de un centenar, entre edito- principales problemas con los que nos que en Colombia. Se debe a
riales, librerías y centros bíblicos, se enfrentan. De igual manera el una falta de educación por la lec-
comprometidos con el quehacer desinterés del público en la lectura, tura desde la escuela. “Se hacen
espiritual. Javier Reyes de la Cor- del tema religioso, la competencia intentos pero la pobreza y la falta
poración San Pablo comenta: “al desleal, el mal uso del internet, la de recursos impiden dar material
momento contamos con 9 libre- televisión, etc. apropiado a los niños para que se
rías ubicadas en Quito, Guayaquil, aficionen por la lectura”.
Cuenca, Ambato, Machala y Porto-
viejo, además una distribuidora de El Padre Laurentino Fer-
libros a nivel nacional con la que nández del Centro Bíblico Verbo Di-
atendemos otras librerías religio- vino nos cuenta que el impuesto a
sas y no religiosas”. la salida de capitales encareció, un
poco, los libros religiosos “casi la
Un privilegio del libro reli- mayoría de los libros religiosos son
gioso es la exención del impuesto importados. Al hacer la transferen-
al valor agregado (IVA). Según el cia al exterior, el Banco Central, al
Código Tributario del Ecuador las principio cobraba -al valor total de
empresas sin fines de lucro como la factura- un 2 por ciento, pero lo
fundaciones y organismos religio- subió a un 5 por ciento. Por vender
sos, no son agentes de retención, biblias y libros religiosos pagamos
es decir, no tienen la obligación de de 7 a 10 mil dólares al año depen-
pagar el impuesto a la renta.
Pero, cuando llegamos al
terreno de la literatura cristiana,
el dilema entre negocio y ministe-
rio se complica. Porque el editor
o el librero cristiano ha de ser fiel
y consagrado y, a la vez, un buen
profesional y un buen comerciante.
Según el fundador de Ediciones de
San Pablo, Beato Santiago Alberio-
ne, “el apostolado tiene la finalidad
espiritual de transmitir el evange-
lio a través de los libros. Esto está
dentro de las leyes y normas de la
industria y el comercio, las cuales
se respetan. Hay que aclarar que
se hace sin ánimo del lucro, y el
dinero recibido por el intercambio
comercial se utiliza para imprimir
y promover la difusión de la pala-
bra de Dios”. Para Katty Estévez,
del Centro Bíblico Verbo Divino, “el
libro cristiano es más que un libro,
el editor cristiano es más que un
editor y el librero cristiano es más
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