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6.- Las opiniones adversas
                                                                  Los libros son ventanas abiertas al mundo. En ese
                                                                  contexto, a cada persona le ‘llega’ un libro de manera
                                                                  particular. Por consiguiente, no es bueno dejarse
                                                                  llevar por un criterio opuesto a un libro. No hay
                                                                  lectores iguales. Cada lector inventa un libro que lee.  El libro en su mundo
                                                                  ¿Sabía que un buen libro es aquel que el lector puede
                                                                  ‘añadirlo’ algo?


                                                               7.- No aparentar haber leído
                                                                  La persona culta no debe probar que lo es. Mucha
                                                                  gente proclama haber leído ‘El Quijote’, por ejemplo,
                                                                  pero no está en condiciones de relatar algunas
                                                                  situaciones porque, sencillamente,  no lo  ha leído.
                                                                  Sugerencia: la simulación delata la falacia. No quede
                                                                  mal ante su audiencia. Es mejor decir que en la escuela
                                                                  le obligaron a leer y no le gustó.

                                                               8.- El placer de leer
                                                                  Leer un buen libro –decía un amigo- es como bailar
                                                                  con la mujer más linda o comer el plato más delicioso.
                                                                  La lectura rápida de libros no convence, porque lo más
                                                                  importante no es cuánto se lee sino cómo se disfruta
                                                                  y entiende cada página, cada párrafo, cada palabra.
                                                                  No importa cuántas páginas lee por día, sino cuánto
                                                                  ha ‘saboreado’ de su magia. La rutina no cuenta.
                                                               9.- la imagen y la palabra
                                                                  Es falso que ‘una imagen vale más que mil palabras’.
                                                                  Se ha demostrado que el verbo es el principio y fin de
                                                                  la lógica. El libro es el escenario de la palabra; dicho de
                                                                  otro modo: el libro es la palabra imaginada, recreada,
                                                                  que brinda al lector la posibilidad de construir sus
                                                                  propias realidades. Por eso, la palabra siempre será
                                                                  más poderosa que la imagen.


           4.- La gran literatura
              El  amor  por  la  gran  literatura  es  un  referente  del   Estas diez puntualizaciones no agotan las posibilidades
              buen lector. Los clásicos atraen por sí mismos,   para fomentar el libro y la lectura. En realidad –como
              pero hay un detalle: los libros más vendidos no son   dijo Óscar Wilde- ‘no existen libros malos ni buenos; ni
              necesariamente los mejores, es decir, los clásicos. Hay   mal escritos ni bien escritos. Ni morales ni inmorales’. El
              que escoger, por lo tanto, las ‘joyas’ de la literatura, no   libro es lo que es: ‘dulce’, es decir, agradable y placentero,
              tanto para exhibirlas en un estante, sino para leerlas y   o ‘venenoso’ con veneno oculto o explícito. Todo libro
              releerlas en situaciones especiales, poco a poco.  enseña, aunque hay que huir de los autores dogmáticos
                                                               que, supuestamente, tienen el patrimonio de la verdad
           5.- Libros y películas                              y del saber. Por ello es necesario tomar en cuenta el
                                                               contexto en el que fue escrito, y mejor la biografía de su
              Nunca deje de leer libros que han sido trasladados al   autor.
              cine o a la televisión. La lectura de un buen libro no
              se compara con la adaptación al formato audiovisual,   Por  último,  Germán  Espinosa  formula  dos
              aunque ciertas imágenes pueden impactar. Huya de   recomendaciones:  1)  Desconfiar  de  los  libros  que
              los libros resumidos.                            vienen con demasiada publicidad. La razón estriba en
                                                               que ‘el ruido jamás es heraldo de la sabiduría’. 2) ‘Sé fiel
                                                               a tu vocación de lector, hasta cuando seas tú mismo tu
                                                               propio libro’. L.Q.Q.D.
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