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A libro abierto  Martillo, Israel Pérez, Mario Campaña, Carmen Vásconez,   Acerca de la naturaleza  de los  talleres  literarios,  sobre
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           Maritza Cino, Dalton Osorno, Yanna Haddatty.
                                                               pena mencionar, especialmente: Los talleres literarios, una
           En la Editorial El Conejo, el siguiente era el método que
                                                               alternativa didáctica al historicismo  , en donde los autores,
                                                                                            8
           se  empleaba  en  los  talleres  literarios.  Lo  consigno  por
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           que  puede  servir  como  testimonio  de  primera  mano.
                                                               los límites y aridez de los estudios formales de la literatura
           Básicamente, en las reuniones semanales, se divide cada
           una  de  ellas  en  tres  partes:  la  primera  está  dedicada  a
                                                               quitándole su carga creadora, lúdica, artística. Subrayan
                                                               también la connotación artesanal que tiene la palabra
           un conversatorio en el cual se abordan, aleatoriamente,   que han hecho de ella apenas una “historia de la literatura”,
           los  múltiples  temas  que  tienen  que  ver  con  el  oficio  de   taller que, al tiempo que la aleja de los cenáculos, como ya
           escribir: corrientes literarias, autores y obras canónicas o   dijimos al comienzo, la distancia también de los productos
           marginales, asuntos sintácticos, ortográficos, ...   “industriales” de la actual cultura de masas.
           La segunda parte quiere demostrar que el miedo         En esto se debe insistir: los talleres literarios no son
           a la “página blanca” es un mito pues siempre                 fábricas de escritores, en la medida de que nada
           se tiene algo que decir. Consiste en un                         puede forzar ni la vocación ni la sensibilidad
           ejercicio de “escritura automática”                               ni  el  talento  de  un  creador.  Estos  son
           que los talleristas emprenden a                                     elementos  imponderables  que,  a  lo
           partir de una frase cualquiera                                        sumo,  pueden  ser  catalizados  pero
           que dicta el coordinador. Ellos                                        nunca adjudicados. Si las virtudes
           deberán escribir, sin parar                                            de un escritor son notables, el taller
           —tal es la exigencia— y sin                                             apenas le procurará un espacio de
           observar, de forma obligada,                                            creación, de crítica compartida
           las  reglas  sintácticas  o                                             y, por cierto, de alcance y
           gramaticales  —para    no                                               complemento   de   los  vacíos
           distraer  su  atención—,  de                                            que le han dejado sus estudios
           modo que su inconsciente o su                                          formales. En ese caso, desmentido
           creatividad, así presionados, se                                       el  supuesto  adocenamiento  de  los
           manifieste con toda su inocente                                      talleristas, hay que decir que la pura
           fuerza.    Parece  que  Freud  tenía                                soledad no garantiza nada. Ha habido
           razón y que el inconsciente se                                    solitarios que han escrito grandes obras y
           estructura  como  un  lenguaje  pues  se                        otros que nunca lo han logrado.
           obtienen bellos textos, muy coherentes,
           con este procedimiento. A lo cual hay que sumar       Este tema ya fue advertido y quizá “superado” desde
           una ganancia adicional: el súbito encuentro del tallerista   hace muchos años como puede verse en una sección
           con temas que, a pesar de no haber sido expresados o   de Difusión Cultural  , dedicada a los talleres. Ahora que
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           concientizados antes en sus textos o conversaciones; sin   García Márquez, José Donoso, Umberto Eco, Alessandro
           embargo, han permanecido guardados o bloqueados en   Baricco,    y  muchos  otros  grandes  de  la  literatura,  han
           su mente como tesoros oscuros que quizá podrán ser   formado los suyos, parece ser que, por fin, los detractores
           enfrentados, luego, en textos mayores.              del taller literario, se han quedado sin argumentos. Sólo
                                                               en Colombia funcionan más de 400 talleres literarios. En
           La tercera parte está dedicada a la crítica de textos   el resto de América  Latina su difusión es también grande.
           previamente acordados con una semana de anticipación.   Talleres como los de Menpo Giardinelli (en la Fundación que
           Hay una sola regla: que esa crítica sea creativa. Los “me   lleva su nombre), en Argentina, o Guillermo Samperio   en
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           gusta” o “no me gusta”, han de ser reemplazados por un   México, han hecho lo suyo. En Ecuador también existen,
           “Yo lo haría así”, es decir, por la solución concreta de un   en cada provincia, algunos talleres. Conocemos bien los de
           lector que asume como propio un texto que no es suyo.  Cuenca, Loja, Machala, Riobamba, ...

                                                 1. Adolfo Bioy Casares, Borges, Buenos Aires, Grupo Editorial Planeta/Ediciones Destino, 2006.
                                2. Miguel Donoso Pareja, Editor, El taller literario como aprendizaje compartido, Guayaquil, Ediciones Banco Central, 2006.
             3. Miguel Donoso Pareja, Naturaleza y función de los talleres literarios, en Letras del Ecuador, No. 165, Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1985, pp. 16-18.
                              4. Agustín Cueva, Literatura y conciencia histórica en América Latina, Quito, Editorial Planeta del Ecuador, 1993, pp. 146-148.
                   5. Miguel Donoso Pareja, Realidad y mito de los talleres literarios, Guayaquil, en Crónicas del Río, No. 3, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1990.
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                                       7.  Martha Chávez, Del mito al oficio, en El taller literario como..., M. Donoso, Editor, Guayaquil, 2006, pp. 87-98.
                          8. Juan Sánchez Encido, Francisco Rincón, Los talleres literarios, una alternativa al historicismo, Barcelona, Montesinos Editor, 1988.
                                                     9. Talleres literarios, en Difusión Cultural, No. 3, Quito, Banco Central del Ecuador, 1986.
                                         10. Guillermo Samperio, Después apreció una nave, Recetas para nuevos cuentistas, México, Alfaguara, 2001.


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