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A libro abierto

Abdón Ubidia

1. Todos nacemos escritores. Aunque muy pronto lo que las reglas que funcionan para ellos funcionan para
olvidemos. Todos hemos escrito algo. El acto básico todos. No es así. Con las debidas disculpas a Quiroga
de todo espécimen humano es la comunicación. O y a Cortázar: el famoso “final sorpresivo” no existe en
cuentas o cantas. O relatas o haces poemas. Es lo esa maravilla que es La dama del perrito, de Chejov.
mismo. Se trata de estremecer al otro. Con palabras
escritas en papel o en el aire si eres un narrador oral. 6. Cuando se encuentra un talento extraordinario,
Se trata de emocionarlo. La literatura es el lenguaje de entre los miembros del taller, al coordinador no le
las emociones. queda sino convencerlo de que la vida le ha dado un
tesoro que debe cuidar y un destino que debe salvar.
2. El trabajo del taller es apenas formal. Pues,
para el lector el contenido y la forma son lo mismo. 7. Las cabezas de los narradores y de los poetas
Él no puede enterarse de un contenido tal sino por son muy distintas. El taller debe servir para catalizar
la forma en que está expuesto. Una expresión mal las potencias de cada quien: es necesario que el autor
usada puede distorsionar un contenido. Para el autor descubra cuál es su género más adecuado.
sí hay diferencia. Su labor consiste en darle la forma
adecuada al contenido que quiere transmitir. 8. Las mejores edades para ingresar a un taller de
escritura, están al final de la adolescencia y al inicio
3. No hay fórmulas para escribir. La única fórmula de la madurez. Son las edades críticas las mejores.
universal nos da el modelo de la propia vida humana: Pero no hay reglas.
debe tener un comienzo, un desarrollo y un fin.
Lo demás, depende de cada creador, si aprende a 9. Cada reunión debe ser aprovechada para hablar
renunciar a las fórmulas fáciles que constan en los de muchos libros. No se puede prescindir de Chéjov,
manuales para los guionistas. Maupassant, Borges, Cortázar, Onetti, Sartre, Proust,
Faulkner, Kafka, Nabokov, Lowry. Mil más. Lo ideal
4. Los valores éticos que puede transmitir un taller, es inculcar, en el tallerista, la formación de su propia
son muy relativos. Quizá haya uno que siempre biblioteca.
garantiza la tensión entre ética y estética: la compasión
por alguien que sufre y a quien queremos salvar. Es 10. La existencia de los talleres literarios está
decir, la interiorización que podemos lograr en el lector justificada, porque corrigen una educación literaria
acerca de un personaje que le importa. Para llegar a aburrida, tendenciosa y, a veces perversa, impartida
eso debemos preparar una estrategia de guerra. por profesores que no siempre han leído mucho o por
otros que quieren transmitir prejuicios, desprecios,
5. No hay recetas para escribir. Los recetarios solo cánones, y gustos propios.
valen para los ingenuos y para los escritores que creen