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A LIBRO ABIERTO






          Qué son y cómo pueden utilizarse los


          materiales alternativos





          de Lectura








          Por Francisco Delgado Santos

            1.  Algunas  notas  esenciales  sobre
          la lectura
            La lectura a la que asocio los materiales a
          los que se refi ere este artículo es una lectura
          libre y gozosa, según la concepción bartheana
          de  los  términos.  Como  es  conocido,  para
          Barthes existen las lecturas instrumentales
          y  las  lecturas  libres.  Las primeras  son las
          necesarias para la adquisición de un saber,
          de una técnica, y en ellas el gesto de leer
          desaparece bajo el acto de aprender, mientras
          que en las últimas puede uno darse el lujo de
          permanecer en la Fiesta, sin tener que toparse
          con el Deber. Claro que el mismo Barthes acota
          que las lecturas “libres” tienen cierto grado de
          constreñimiento social, ya que un intelectual
          está prácticamente “obligado” a haber leído
          a los clásicos de la literatura mundial, ante lo
          cual afi rma que debemos tener el derecho
          de liberarnos de esas microleyes de grupo,
          que  pretenden  encajonar  al  individuo  en  la
          frontera de la Historia y la Horda, por que –
          según él- la libertad de leer debe ser también,
          en ese sentido, la libertad de no leer  .
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            Ese  es,  entonces,  el  enfoque  que
          pretendemos dar a la acepción “lectura” en esta propuesta:  no decodifi cados culturalmente y hace una relectura crítica y
         un acto, un proceso y un comportamiento al interior de los  valorativa de los textos que la rutina lee literalmente, y porque,
         cuales prima un juego que no se considera distracción sino  como ya lo manifestó Barthes, la lectura debe llamar a la
         trabajo placentero y que construye sentidos connotados y  escritura, no necesariamente a la escritura de lo que se está
         múltiples hasta el infi nito, para que el lector pueda instalarse  leyendo, sino a la escritura en general.
         en un mundo sin fondo, sin reglas, sin grados y sin términos,   Lectura creativa y recreativa, opuesta a la que Sartre llamó
         que no tenga otra limitación que la de su propio vuelo.  lectura “nutricionista”, de las que se desprenden imágenes
            Lectura libre y gozosa, sí; pero también lectura abierta a la  como las del “hambre de conocimiento” o la “sed de saber”,
         decodifi cación de todos los lenguajes: verbales y no verbales,  según las cuales el individuo se acercaría al texto en ayunas,
         incluso  espacio-temporales  y  proxémicos,  aun  cuando  no  para que este se encargue de depositar en su ser vacío, un
         existan todavía gramáticas para estos últimos.      saber que lo iría colmando. Como ya lo ha señalado Paulo
            Lectura entendida como lectoescritura, porque el lector  Freire, “no se trata de leer como un acto de comer, para llegar
         es un traductor privilegiado que lee textos no explícitos, aún  a ser intelectualmente gordos”. Ello supondría el que, antes de

          1  Barthes, R. (1989) El susurro del lenguaje, Madrid: Paidós Comunicación.


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