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A libro abierto
Un plan
de lectura
para Ecuador
Francisco Delgado / francode6@hotmail.com
Entre 1988 y 1993 desempeñé la función de nunca lo hizo y, obviamente, nunca la recibió. En 1993
Coordinador del Programa de Lectura para renuncié a mi cargo, a pesar de que tenía nombramiento
América Latina y el Caribe, en el CERLALC, un indefinido y habría podido continuar y, al cabo de
Eorganismo de UNESCO con sede en Bogotá, pocos años, jubilarme como funcionario internacional,
Colombia. Fue un periodo de fértiles iniciativas que con todas las ventajas que ello comporta. Pero como
se fueron sembrando en la Región, con el apoyo de añoraba mi país, regresé a él y colaboré entonces con
los gobiernos de la región, de la sociedad civil y de sus dos exministros de Educación —Rosalía Arteaga Serrano
entusiastas comunidades. Recuerdo, entre los principales y Fausto Segovia Baus—, en calidad de Subsecretario
proyectos que propuse, desarrollé o apoyé, el de la de Cultura. Mi proyecto bandera fue un Plan Nacional
“Coedición latinoamericana de libros para niños”, el de de Lectura al que bautizamos como “Me gusta leer” y
los “Libros hablados y textos en macrotipo para lectores que publicó masivamente colecciones de libros para
ciegos y deficientes visuales”, el de “Capacitación en niños, jóvenes y adultos; que capacitó a docentes y
lectura para madres comunitarias” —solicitado y liderado bibliotecarios; que reforzó técnica y económicamente al
por la entonces Primera Dama de Colombia, doña Ana Sistema Nacional de Bibliotecas, SINAB, en cuya creación
Milena Muñoz de Gaviria, de quien conservo aún una habíamos colaborado en años anteriores, y que solicitó el
efusiva carta de agradecimiento, enviada cuando su apoyo del Estado y de los particulares para promover la
esposo concluía su mandato y el proyecto iniciaba la lectura en el Ecuador. Pero en vista de que este plan no
segunda fase de su ejecución— y, por supuesto, el de formaba parte de una política nacional de lectura, pronto
“Asesoría a los gobiernos nacionales de la Región, para se estrelló contra las paradojas de la realidad que, según
el diseño de planes nacionales de lectura”. Recuerdo que, García Márquez lo denunciara con enorme lucidez, son
entre 1990 y 1992 asesoré a no menos de siete países mucho más asombrosas que las de la ficción. Bastó con
con ese propósito: Argentina, Uruguay, Chile, Panamá, que se produjera una sucesión de cambios en el timón
Colombia, Cuba, República Dominicana… Para recibir esa del Ministerio, para que el plan fuera arrinconado y
asesoría, el gobierno de cada país miembro debía hacer desechado por los nuevos conductores de la educación
la solicitud formal y oportuna ante el CERLALC. Ecuador y la cultura del país. Yo renuncié a la función pública —a
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