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la que no regresé jamás— y me dediqué a trabajar por
la causa del libro y la lectura desde el espacio editorial
privado: Libresa, Radmandí, Alfaguara, Cervantes
Editores, Norma, Holos, El Tucán Editores, Edinun, entre
otros, para la mayoría de los cuales creé colecciones
editoriales infantiles y juveniles, privilegiando autores
nacionales, pero sin descuidar los grandes clásicos del
mundo. Del espacio de la edición partí para el de la
Academia y fui acogido por centros educativos superiores
como la Universidad Central, el Instituto Superior de
Policía, la Universidad de las Américas, la Pontificia
Universidad Católica del Ecuador, la Universidad Técnica
Particular de Loja, la Universidad Tecnológica Equinoccial,
entre otros. Pero nunca dejé de señalarle al país — Feria, nos ubicaron en primera fila y a tan solo dos metros
especialmente a través de los periódicos y revistas para de la mesa directiva, integrada por el presidente Juan
los que he escrito— la necesidad impostergable de que Manuel Santos, las ministras de Educación y de Cultura
incorporara a su Plan Nacional de Desarrollo una Política de Colombia, el presidente Rafael Correa y sus ministras
Nacional de Lectura. A veces parecía que el sueño se de Educación y de Cultura. Para entonces Gloria Vidal,
concretaba, especialmente en este gobierno, que ha con quien había conversado yo un año antes, había sido
hecho cosas notables. Recuerdo que, a poco de haberse titularizada como Secretaria de Estado de Educación. La
creado el Ministerio de Cultura, el SINAB era una especie acompañaba Érika Silva, como ministra de Cultura. Para
de papa caliente, con la que no se sabía qué hacer. La no alargarles el cuento, las funcionarias colombianas
entonces subsecretaria de Educación, Gloria Vidal, me describieron las acciones que cada uno de sus ministerios
mandó a llamar y solicitó mi criterio. Yo le dije que, en ejecutaba para el fomento de la lectura y afirmaron que
vista de que las bibliotecas del SINAB eran públicas, lo todas esas ejecutorias formaban parte del Plan Nacional
más procedente sería que se adscribieran al Ministerio de de Lectura de su país, del cual hacía parte de la planeación
Cultura: la mayoría estaban en zonas urbano-marginales nacional. Cuando le correspondió intervenir a nuestro
de todo el territorio nacional, y algunas funcionaban en mandatario, lo hizo con la inteligencia y el carisma que le
cárceles, cuarteles, asilos, ancianatos; y que el Ministerio son característicos; pero antes de concluir su alocución,
de Educación creara —le propuse—, una red nacional de le dijo a sus ministras, mirándolas con una mezcla de
bibliotecas escolares. Ante un pedido suyo, le envié un cariñoso reproche y severa advertencia:
anteproyecto de esa red; le sugerí que, tanto las públicas
como las escolares, fueran cobijadas por un plan nacional
de lectura, y que este plan formara parte de una política
expresa. Nunca más tuve noticias de esta funcionaría,
hasta un año después, cuando la volví a encontrar en —Querida Gloria, querida Érika: estoy
circunstancias que vale la pena relatar. Yo había recibido seguro de que nosotros podemos poner
una invitación del Ministerio de Cultura para que formara en marcha acciones tan o más efectivas
parte de un grupo de escritores que representaría al de las que acabamos de escuchar,
país en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, donde ¿verdad?
Ecuador era país invitado. El día de la inauguración de la

Editorial Océano libros para todos!! @editoceanoecu
Ecuador