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A libro abierto
...”La Emma quiere
poner librería”...
Por: Ángel Jaramillo V.
Los peatones de la calle Ve- vistas de rigor. ¡Fue contratada!
nezuela, centro de Quito, se sor- De hecho los dueños se fascina-
prendieron una fría tarde al pasar ron con ella, en especial por sus
frente a los enormes ventanales sólidos conocimientos literarios.
de una Librería Científica que pa- Pocos, poquísimos años después
recía incendiarse, con rojos inten- quiso retomar la carrera, y para
sos e hilos a manera de rayos: “el nuestra suerte, la de los lectores
Huacayñan”. Oswaldo Guayasamín de Quito, le duplicaron el sueldo.
decoró la vitrina de esta querida
librería quiteña en una especie de “Una de las cosas más
trueque por libros de arte, eran los
inicios del maestro Guayasamín y atractivas de un hombre
también los inicios de Emma Chi- es que lea… sino ... de
riboga, querida librera de nuestra que se conversa”
ciudad.
Así comenzó la aventu-
“Me encanta ver a los ra de ser librera. No se imaginaría
jóvenes ojear libros, que en el futuro, exactamente en
aunque no me los 1991 abriría su propia librería: La
Studium. La noticia de que …“ la
compren” Emma quiere poner librería”… lle-
gó a los oídos de Conchita Martí-
De entre las tardes que nez, su actual socia. Al inicio fue
recuerda con cariño, está una muy una broma en una reunión colo-
especial de 1955: aquella en la que quial de ex compañeras de la Li-
su amiga y bibliotecaria de la Casa brería Científica, pero de broma
de la Cultura Ecuatoriana, la Sra. en broma ya podemos disfrutar de
Laura de Crespo Toral, le consultó una librería de primera calidad.
si quería trabajar, justamente en la
Librería Científica. Emma, recién en El destino le dio varios gi-
primer año de Literatura, jovencita, ros importantes a la vida de Emma,
curiosa y con una ligera necesidad pero ella estaba hecha para ser li-
de trabajo se dispuso a las entre- brera ya que ama profundamente
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