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No me ref ero al uso que unos pocos estudiantes
hacen del internet para despejar dudas o para ampliar
la aproximación informativa a algún tema, sino su uso
generalizado de las redes sociales y el chateo ¿Habrá,
Qué raro resulta ver entonces, alguna relación entre las dos situaciones
a alguien sentado en una banca antes descritas, la poca disposición para la lectura y el
de un parque leyendo, intensivo uso de la comunicación digital personalizada,
o haciéndolo mientras viaja especialmente entre las generaciones más jóvenes?
en transporte público.
Aquí resulta necesario apoyarnos en algunas
Quienes nos hemos dedicado al mundo de la docencia ref exiones de pensadores del asunto. Walter Ong es
universitaria, por ejemplo, seguimos utilizando libros un estudioso del problema del lenguaje y en especial,
como recurso básico en el proceso de enseñanza- de sus formas orales. En su obra “ “ aborda la relación
aprendizaje. Al hacerlo, cada vez con más claridad entre la oralidad y la escritura, lo que, dada a su vez
nos damos cuenta que estamos asistiendo a un la relación entre lectura y escritura, bien podría tal
proceso de crecimiento y profundización de los relación ser extendida a ésta última. Ong plantea que
grados de dif cultad para entender ciertos textos, la condición oral básica del lenguaje es permanente
casi de inmediato nos damos cuenta que en la y que la escritura se entiende como la posibilidad
mayoría de ellos el problema es que “no tienen por de extender la potencialidad del lenguaje. Para Ong,
costumbre” leer, y que por ende, no lo hacen sino “leer” signif ca convertir el lenguaje en sonidos, en voz
cuando están obligados, especialmente en el ámbito alta o dejar volar la imaginación, tal como hacemos
de su formación educativa. cuando leemos obras de f cción o de poesía. Por
tanto, af rma categóricamente Ong, la escritura nunca
puede prescindir de la oralidad. Podríamos agregar
que también cuando se lee se “conversa” con el autor,
tanto así que a veces lo maldecimos cuando no lo
entendemos.
¿Será entonces que las nuevas formas de lecto-
escritura que practican los usuarios de las redes sociales
en sus chats, twitters y otros mensajes de texto, y
que nos remite a formas efímeras y perecederas –
puesto que difícilmente se vuelve a releer un mensaje
o a trabajarlo cuidadosamente antes de enviarlo, nos
están señalando que nuestra cultura no solamente
tiende con fuerza hacia la primacía de lo visual, sino
conserva una herencia histórica de preservación de la
Así, me he topado con que estudiantes de comunicación oral-conversacional- que def niría muy
comunicación social no leen prácticamente nunca bien en lo que Ong denomina “oralidad secundaria?
los periódicos, siquiera. Las encuestas acerca de los
hábitos de lectura entre los ecuatorianos revelan, por De todas formas, lo que queda en duda aún son
su parte, que la magnitud del problema es aún mayor los efectos que estas nuevas formas de lectura
entre otros estratos de la población. Qué raro resulta y de escritura digitales tengan en el proceso del
ver a alguien sentado en una banca de un parque pensar, puesto que también se podría af rmar que
leyendo, o haciéndolo mientras viaja en transporte el inmediatismo y el presentismo que generalmente
público. Incluso, a veces uno entra a una biblioteca y conllevan tales contenidos, estarán produciendo
causa asombro ver a tan poca gente o ver a la gente un empobrecimiento del propio pensamiento, y por
presente con tan poca concentración en el ejercicio ende volviéndose un obstáculo creciente para una
de leer. Sin embargo y por el contrario, ya no causa participación activa de todos en la transformación de
asombro el uso del celular en las aulas. la realidad acorde nuestras necesidades y sueños.
A LIBRO ABIERTO 9