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La atención del mediador hacia el lector potencial debe
      A libro abierto  atienda a todo un grupo de pacientes al mismo tiempo?
          ser,  pues,  personalizada.  El  mediador  debe  ser  una
          especie de médico. ¿Y dónde se ha visto que un médico
          La atención que un mediador de lecturas ofrece a un
          lector potencial debe ser exclusiva: no compartida con
          el teléfono, la televisión u otros quehaceres o personas;
          debe ocupar un tiempo que guarde  proporción con
          las  ocupaciones  del  mediador  y  que,  así  sea  mínimo,
          se caracterice por su calidad. El lector potencial sabrá
          entonces que está siendo realmente atendido, que es
          una persona importante para el mediador y otorgará
          también importancia a lo que se le recomienda.

          El respeto debe manifestarse en la aceptación de la
          manera  de  ser,  de  pensar  y  de  actuar de  cada  lector
          potencial, así como en la validación de sus opciones de
          lectura.  El solo hecho de que varios niños y niñas de una
          misma edad coincidan en un mismo grupo escolar no   ¿Por qué les gusta tanto a los niños que los adultos les
          significa que piensen, sientan y actúen igual. Cada uno   cuenten historias? ¿Qué secreto placer encuentran en
          es dueño de sus propias experiencias, conocimientos   esos minutos que se convierten en una auténtica fiesta?
          y  actitudes,  y  reacciona  de manera  diferente ante  las   La verdad es que la respuesta para esta pregunta es
          circunstancias que enfrenta y a los textos que lee. El   múltiple. El niño se siente en esos momentos el centro
          reconocimiento de estas diferencias es el primer paso   del universo; el universo, representado por el adulto en
          que debe dar todo buen mediador para formar lectores   el instante de la lectura o narración y que gira alrededor
          autónomos. El segundo es la adecuación de sus saberes   del niño. Durante el lapso de la narración o de la lectura,
          a los comportamientos del lector. Por último está la   el niño monopoliza la atención del adulto; recibe de él
          abundante  oferta  de  textos  diversos  para  que  cada   un trato no solo respetuoso sino afectuoso; se siente
          lector escoja el que se adecue a sus tendencias, intereses   querido, protegido, feliz.
          y gustos.
                                                             El estímulo por parte del mediador debe ser generoso y
          La lectura no es un asunto de imposiciones sino de   permanente. Nuestras sociedades se han caracterizado
          opciones. La lectura no es un proceso de masificación,   por señalar y agrandar sistemáticamente el error e
          sino de diversificación, mediante el cual se expresa y se   ignorar, de la misma manera, el acierto. El camino del
          ejercita la libertad de opción del individuo.      lector no es fácil y requiere de constantes motivaciones.

          El  mediador  debe  recordar  que  hay  ciertas  palabras   Una persona motivada adquiere confianza en sí misma
          prohibidas  en  su  oficio:  obligación,  coacción,  amenaza,   y es capaz de desarrollar sus talentos potenciales y sus
          sanción, castigo; y que hay otras ampliamente benéficas:   inteligencias múltiples.
          sugerir, recomendar, opinar, aconsejar, elegir, etc.  Una de las maravillas que poseemos los seres
                                                             humanos  consiste  en  que  todos  nos  parecemos  en
          La formación de lectores es un proyecto de gran aliento,   nuestra  configuración  física  y  orgánica,  pero  nadie  es
          que necesita el amor como combustible básico para   exactamente igual a otro (ni siquiera los gemelos). Y si
          que el motor del proceso se ponga en funcionamiento.   esto sucede en lo físico, ¿qué diremos de lo psicológico y
          Muchos niños y niñas, a los que sus padres, maestros o   de lo espiritual? Cada individuo tiene un estilo, un ritmo,
          bibliotecarios leen o cuentan historias, aprecian no solo   una manera de ser característicos. Mal podemos, por eso
          la calidad de la historia que se les narra, sino la calidez   mismo, esperar que todas las personas procedan de una
          con que se lo hace: la dulzura de la voz, la diafanidad   manera uniforme. Un mediador debe aprender a aceptar
          de la mirada, la generosidad de la sonrisa y la suavidad   las diferencias del lector potencial, y no solo aceptarlas,
          de la caricia que acompaña la transmisión del cuento.   sino respetarlas y valorarlas. Cuando los aprendices de
          ¿Qué amor puede haber en la prisa, en el gesto airado,   lectores empiezan a atribuirle sentido a los seres y a las
          en la indiferencia, en  el grito impaciente, en  la actitud   cosas de su entorno, cuando empiezan a leer la realidad
          autoritaria que irrespeta la auténtica manera de ser de   en la que viven y a interactuar con los primeros textos
          los pequeños escuchas?                             que tienen ante sí, los mediadores deben elogiar con
                                                             generosidad esos esfuerzos y animarlos a que sigan
          El afecto debe ser, por tanto,  una constante imprescindible   adelante; corregir con amor y paciencia lo que se deba
          para  que  el  lector  potencial  asocie  la  lectura  con  un   corregir y aplaudir sin reservas cualquier tipo de pequeño
          comportamiento anímico placentero.                 logro, llamado a convertirse en victoria futura.


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